España ha vuelto a demostrar una vez más que tiene recursos de sobra y merecidos para luchar por el Mundial de Sudáfrica, después de derribar con sufrimiento a un Portugal muy cerrado y meterse así en los cuartos de final.
España salió con chispa, impetuosa y con un derroche alegre de ganas de terminar cuanto antes el encuentro. Xavi tomaba el mando y en el primer minuto Torres se inventaba un disparo al palo largo de Eduardo, tras recibir y caracolear desde la banda izquierda, que el meta luso supo parar con esmero.
Tan solo quedó en un aviso pero un minuto después Villa volvió a intentarlo con el mismo resultado nulo ante la portería pero que dejaba sensación de peligro sobre el campo y hacía ponerse nerviosos a los de Portugal. En los siguientes minutos dos jugadas más del equipo español se intentaron con un resultado negativo pero que hicieron vibrar a todos los seguidores del buen fútbol durante diez minutos.
A partir del primer cuarto de hora, apareció la dureza del juego portugués, el encierro absoluto y la espera al contraataque. Cristiano no daba señales de vida pero España acabó la primera parte vacía y sin saber cómo encararle al equipo portugués un gol, y así comenzó el segundo tiempo. Entonces Del Bosque reparó en el escaso rendimiento de Torres en este Mundial, demostró que de fútbol sabe un rato e hizo reaccionar a su selección poniendo a Fernando Llorente en circulación.
Su decisión obligó a recular a la defensa portuguesa, su juego descargó el peso sobre la segunda línea (Iniesta y Xavi) y Villa recuperó su libertad natural. La imagen era radicalmente distinta en cuestión de segundos y, de hecho, el delantero del Athletic pudo marcar de cabeza en la primera que tuvo, de no ser por Eduardo. Fue en este momento donde apareció Villa haciendo una de sus jugadas y batiendo por fin al guardameta del equipo contrario. El tanto desmelenó a España, los espacios volvieron a aparecer y las galopadas se sucedían a pesar de que hubo momentos de sufrimiento pero ahora después de una celebración toca pensar en el próximo rival: la gran Paraguay.
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